La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica que afecta al sistema nervioso central, formado por el cerebro y la médula espinal. Es una patología crónica y degenerativa que se traduce en la destrucción por parte del sistema inmunitario de la mielina presente en las neuronas, la formación de placas escleróticas y la inflamación asociada, según la web Esclerosismultiple.com. Afecta a 3 millones de personas en todo el mundo: el doble de mujeres que de hombres.

Las manifestaciones pueden variar mucho de una persona a otra. Como detalla el profesor Mohamed Ben Amar en su libro Usos medicinales del cannabis y los cannabinoides, los principales síntomas son fatiga, espasticidad (rigidez muscular no controlada), espasmos, dolor crónico en las extremidades, hormigueos y picazones en los dedos, temblores, descoordinación de movimientos, incontinencia urinaria, declive cognitivo y trastornos del sueño. Famosas como la influencer María Pombo han visibilizado la enfermedad en sus redes sociales en los últimos mese.

Se desconoce la causa que origina la enfermedad, aunque se sospecha que existen condicionantes genéticos. Los fármacos tradicionales se centran en tratar la espasticidad, “aunque solo proporcionan un alivio moderado y efectos secundarios muy significativos”, apunta Ben Amar. De ahí que el CBD y otros cannabinoides de la planta del cannabis estén hoy en el foco de los investigadores de esta enfermedad.

Vaya por delante que la esclerosis múltiple debe ser siempre tratada por un doctor, que pautará el tratamiento adecuado. Pero lo que aquí queremos poner de relieve es la utilidad del CBD en el desarrollo de estas terapias. De los 36 ensayos clínicos controlados realizados para evaluar el efecto del cannabis en los afectados de esclerosis múltiple, se deduce que su uso mejora, en conjunto, “la espasticidad, los espasmos musculares, el dolor, la calidad del sueño, los temblores y el estado general”, como apunta el profesor.

De estos estudios, el más interesante para el CBD fue desarrollado en Gran Bretaña en el año 2003 con 18 pacientes con síntomas neurogenéricos, a los que le suministró placebo, CBD + THC, THC y sólo CBD por vía sublingual. En comparación con el placebo, el extracto de cannabis con CBD mejoró significativamente el dolor. Sus principales efectos secundarios fueron cefaleas y náuseas.

Optimismo… pero cautela

Todas las fuentes consultadas para este post coinciden en que esta línea de investigación es muy esperanzadora, pero falta avanzar en el camino de la ciencia para tener fármacos útiles con CBD que traten la enfermedad. Del mismo modo, el efecto antidepresivo que podría tener el CBD resulta especialmente interesante para estos pacientes, que caen en la tristeza y la depresión a causa del diagnóstico.

En ProfesorCBD, el e-commerce de productos de CBD destinados al bienestar, insisten en este sentido. “Nuestros productos no son fármacos. Pero caminamos del lado de la ciencia para aportar nuestro granito de arena al bienestar de estas personas”, declaran. De hecho, en 2022 sus aceites de CBD hakunaOil recibieron el Premio Nacional de Investigación Ciencia e Innovación Isaac Peral que concede cada año la Asociación Europea de Economía y Competitividad.  Entre sus aceites, el hakunaOil 30% CBD es el elegido por su comunidad para tratar problemas de envergadura.

Sobre el modo de uso, la Fundació GAEM (Grupo de Afectados de Esclerosis Múltiple) aclara en su página web: “La forma más habitual de suministrar CBD es mediante aceite. Resulta una forma sencilla de tomar este compuesto, ya sea añadiéndolo en la comida, directamente en la lengua o tópicamente. Existen otros métodos de suministración, como cápsulas orales o sprays nasales, aunque aún no está claro qué formulaciones son más efectivas”. Además, existen otros formatos como flor o eliquid de CBD. Recuerda siempre decantarte por productos de origen orgánico que incorporen una analítica de cannabinoides. Para cumplir con la Ley española, su nivel de THC ha de ser inferior al 0,2%.