El hachís de CBD es otro formato muy popular entre los usuarios que quieren valerse de los beneficios del CBD o cannabidiol. De color oscuro, el hachís de CBD es resultado de la concentración de la resina presente en los tricomas de la planta de cannabis, una secreción que las especies vegetales generan a modo de defensa. Hachís y resina son sinónimos. Sus admiradores disfrutan de olerlo y tocarlo, por su penetrante aroma y aspecto pastoso.
Existen varios modos de extraer ese hachís de CBD. Algunos son 100% artesanales, como el que consiste en frotar la planta con los dedos para que la resina se desprenda. Otros son más mecánicos, como la presión con prensas que calientan la planta y generan el desprendimiento de la resina. En seco o con hielo; con máquinas o utillaje… Normalmente, los vendedores no desvelan su método, pues es uno de los secretos mejores guardados de los devotos cultivadores.
El hachís de CBD, como sucede con las flores de CBD, proviene del cáñamo industrial, por lo que su cantidad de THC es inferior al 0,2%. El hachís de CBD no tiene efectos psicoactivos ni provoca dependencia, según la OMS.
Ana García, responsable de divulgación del e-commerce de productos de CBD ProfesorCBD, ahonda en la historia del hachís de CBD: “La primera mención documentada del hachís se remonta al siglo XII, en El Cairo, en un documento en el que se alude a su uso como un producto comestible relacionado con ceremonias religiosas del Islam. Asia, con Nepal e India a la cabeza, sigue llevando la voz cantante en su producción, con métodos de extracción tan pintorescos como frotar las plantas del cannabis con las propias manos para extraer las bolas de resina (localmente, conocidas como ‘charas’). El hash dio el salto a Europa en el siglo XIX, a través de clubs que vinculaban el uso de la sustancia a la creación artística o literaria”.
El hachís de CBD hoy es usado entre los profesionales más creativos para centrar el foco y aumentar la imaginación, gracias a su capacidad para relajarnos, un requisito sine qua non para que las ideas fluyan.
Charas de CBD: el primo de zumosol del hachís de CBD
El charas de CBD al que aluden desde ProfesorCBD, y que ellos mismos venden en tres modalidades en La Cordobesa Hash (OG Kush, Lemon Haze y 0% THC), es una variedad muy interesante del hachís o resina de CBD. Su diferencia es que mientras que el hachís de CBD se extrae de plantas secas, el charas proviene de plantas de cannabis recién cortadas, por lo que es más rico en terpenos y de un olor más potente que el hachís de CBD. Además, el hachís de CBD es más seco y granulado, por lo que resulta bastante más sencillo de manipular. Organolépticamente, si nos permitís la metáfora, el hachís de CBD es como la cena fresca y rica de entre semana, mientras que el charas de CBD se parece más al suculento banquete de los sábados.
El charas y el hachís de CBD comparten beneficios, y son los extraordinarios beneficios comunes a los productos de CBD de calidad: acción ansiolítica y relajante, antiinflamatoria, analgésica y antiemética, fundamentalmente, según los estudios. También se estudia para mejorar el aspecto y la salud de la piel.
¿En qué momento y con qué fin puedes usar tu hachís de CBD?
Normalmente, los usuarios de CBD consumen su hachís de CBD en un momento de relax, para evadirse del ajetreo cotidiano o conciliar después mejor el sueño. Por tanto, te recomendamos que acompañes la experiencia con una música relajante y un escenario confortable. El efecto, según los estudios de biodisponibilidad realizados en los países donde la ingesta directa está regulada, suele es acuciado e inmediato, aunque menos mantenido en el tiempo que, por ejemplo, un aceite de CBD. Los hashlovers también destacan su capacidad para despertar sensaciones relacionadas con la naturaleza, como lo hacen el aroma a tierra mojada o el sonido de un río. Sí, el hachís de CBD es definitivamente el formato preferido de los románticos.