Según la American Cancer Society, las náuseas se pueden describir como “una sensación de malestar o molestia en la parte posterior de la garganta y el estómago”. Existen, prosigue la entidad, otras muchas otras palabras que describen la sensación de náuseas, como «malestar estomacal», «indisposición» o «estómago revuelto». Junto con ellas pueden presentarse otros síntomas tales como “aumento de la saliva, mareos, aturdimiento, dificultad para tragar, cambios en la temperatura de la piel y ritmo cardíaco acelerado”. Son un incordio.
Las náuseas pueden ir asociadas a tratamientos oncológicos o embarazos, por ejemplo. También a gastroenteritis virales. “Rara vez indican un problema de salud serio”, zanja la Clínica Mayo. Pueden acabar en vómito, pero no tiene por qué. Si nunca las has sentido, estás de suerte: es un síntoma debilitante cuando se alarga en el tiempo. No es casual que Jean Paul Sartre titulara La Náusea a su reflexión filosófica sobre el asco y la repugnancia.
Al grano: ¿CBD para cortarlas de raíz?
Para empezar, una línea roja: las gestantes no pueden tomar cannabidiol. Una vez aclarado esto, los estudios indican que, para el resto de personas, aceites y flores de CBD son un excelente aliado. Un estudio en ratones de 2011 sugiere que el modo en que el CBD suprime náuseas y vómitos tiene que ver con su interacción con la serotonina. Otro de 2016 estudió a pacientes oncológicos durante su tratamiento de quimioterapia, concluyendo que estos encontraban alivio de náuseas y vómitos tras tomar un medicamento con CBD y THC. Cabe recordar que el primero no es psicoactivo, y el segundo sí.
Sn embargo, el componente del cannabis con mayor efecto sobre náuseas y vómitos (se conoce como acción antiemética) es el CBG, que, según Psychopharmacology, cuando interacciona con el CBD (la famosa sinergia: varios fito-cannabinoides confabulándose para un efecto superior), ha resultado altamente eficaz en estudios con ratones. Ninguno de los dos es psicoactivo ni genera la más mínima adicción. El Instituto de Salud de Harvard considera que el uso del cannabis medicinal como antiemético en pacientes de cáncer es uno de los que más evidencia atesora. “Estudios clínicos han probado que es al menos tan efectivo como los antieméticos tradicionales”, dice en uno de sus informes.
Náuseas y CBD: ¿qué dosis es la apropiada?
Como hemos comentado en alguna ocasión, no hay iuna respuesta única para esto. Va a depender del peso, la altura y el tipo de acción que se busque (suave, moderada o fuerte). Y, aun así, cada persona responderá de distinto modo. Aconsejamos partir de este cálculo generalizado, e ir modulándolo con lo que a ti que funciona. La buena noticia es que el CBD no es tóxico, por lo que no hay riesgo de una sobreingesta. Aun así, recomendamos avanzar lentamente: un full spectrum al 5%, por ejemplo, es un modo ideal para iniciarse. Si ya eres consumidor de CBD, ataca el malestar con uno del 10%. Una flor con CBG es otra estupenda opción para los amantes de este formato: inhalar CBD tiene un efecto más inmediato, aunque menos duradero. Descarta las cremas para este fin: no hay ningún estudio de que el usto tópico de CBD o CBG pueda aliviar las náuseas. Y si tu indisposición tiene que ver con la ansiedad, matarás dos pájaros de un tiro: el poder ansiolítico del CBD ha sido ampliamente estudiado.